jueves, 17 de noviembre de 2011

¿Paz en el mundo?

Como bien es sabido en toda España, no hace mucho se dio lugar el debate político entre los dos candidatos a la presidencia española. Aun así, ¿existe realmente un debate político en España? Obviamente, entre los que se dedican a esta profesión, sí –aunque a veces se aleje de su verdadero fin–. Y el resto de ciudadanos, ¿debate sobre este tema?, ¿reflexiona para decidir su voto? ¿Puede una persona de izquierdas darle su voto a la derecha sin saberlo, por desconocer el carácter de sus ideales –y por desconocer muchos otros temas–? Claramente, sí. Es más, ése será el denominador común en todas las Comunidades Autónomas en las siguientes elecciones. La frase más dicha estos días anteriores a las elecciones es: “Como con uno nos ha ido mal, que les den y votaré al otro”. Es en estas palabras –pronunciadas desde la ignorancia– donde nace la falta de coherencia con uno mismo. Es por esta frase que un ciudadano de izquierdas votará a un partido cuyas primeras medidas serán homófobas y dirigidas a la privatización de servicios públicos.
Los políticos y personas de poder conocen muy bien esta “cómoda” ignorancia para la ciudadanía, este “cómodo” dejarse llevar, y poseen retorcidas y silenciosas estrategias para sacar partido de ello. Y es que en la actualidad, ¿quién levanta la vista de su ombligo?, ¿quién busca verdaderamente ese “bien común” tan preciado en la Grecia antigua? Un clarísimo ejemplo de ese egoísmo y de ese “pisotear al prójimo” se puede hallar en el candidato popular, Mariano Rajoy; este señor defiende su candidatura asegurando que él posee la clave para el cambio en España, que si es nombrado presidente de España, la situación cambiará. ¿Y cuál es el porqué de la afirmación sobre el señor Rajoy? Sencillo. Si de verdad poseyera la solución para atisbar por fin la luz al final del túnel y realmente desea, como él alardea, el bien al pueblo español, se habría reunido con el actual presidente para mostrarle esa “fórmula mágica”. No obstante, durante todo el período de crisis, no se ha publicado ninguna noticia sobre una reunión de estos dos políticos para compartir ese secreto revelado. ¿Por qué? Sencillo de nuevo. El señor Rajoy –como otro cualquier político o persona de poder– debe asegurarse su puesto en la presidencia pisoteando a la competencia y abusando de la ignorancia generalizada. Es más sencillo prometer vanidades y vender falsas ilusiones.
Todo lo expuesto hasta aquí se resume en dos ideas claras: la ignorancia y el egoísmo como rey y reina de las motivaciones de las personas.
El masculino de ese matrimonio real es el protagonista del último punto a tratar de este ensayo. Este rey de las axiologías actuales es el culpable de la ruptura de la paz económica instaurada hasta el principio de la tan ya conocida crisis mundial. Tales y tan avariciosos son los antojos del rey egoísmo, que el sólo egoísmo de una o dos personas de una sola empresa de un sólo país, ha llevado a la quiebra a millones de personas en millares de empresas en decenas de países.
Nosotros, como jóvenes veinteañeros, no sabemos cuál es la clave para alcanzar la paz en el mundo; aun así, hay una idea que sí nos es evidente: el egoísmo no es el camino, como se ve en el anterior ejemplo real. Algo también claro es la lejanía de la paz mundial: el egoísmo todavía intoxica demasiado a las personas, desde el caso español hasta los Señores del petróleo, pasando por cualquier entidad bancaria, gobierno u hogar del mundo.

domingo, 6 de noviembre de 2011

“El amor, la mejor medicina”

Todos hablamos de amor, pero ¿Qué queremos decir realmente? Es cierto, que no todos utilizamos el término “amor” de la misma manera. Es un tema muy amplio y tratado en diferentes ámbitos, por lo que existen diferentes acepciones.
La Real Academia Española define el término amor como el “sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear”. Se refiere por tanto a la unión sexual con la persona amada. Sin embargo, me parece que algo falta en esta expresión. En mi opinión, cuando alguien habla de amor, no se refiere únicamente al amor entre una pareja, sino al amor entre seres queridos. Por ello, creo que es imprescindible distinguir el término “amor” del término “enamoramiento” el cual, según la RAE significa “excitar en alguien la pasión del amor”. Por esta regla de tres, yo siento amor por mis padres, hermana y amigos, pero no estoy enamorada de ellos.
La conclusión a la que he llegado tras esta reflexión  es que no hay una frase que describa el amor. No es un simple sentimiento, sino que se demuestra mediante acciones.
En una familia, el amor es algo indispensable. Tenemos que respetarnos, aceptarnos y cubrir nuestras necesidades los unos a los otros. Mirar conjuntamente a un mismo lado, en lugar de que cada uno actúe por su cuenta. Todos y cada uno de los miembros de una familia tenemos la capacidad de dar amor al resto. Nacemos amando a nuestros padres, abuelos… y con solo una simple sonrisa, ellos sonríen. Desde ese momento, nunca debíamos dejar de darles amor, mostrarle nuestro afecto, y de dedicarles una de nuestras sonrisas.
Después de muchos años de estudio en la facultad de Medicina, uno se da cuenta de que la mejor medicina es el amor. Muchas de las enfermedades se superan si se cuenta con un apoyo infalible: el amor de los familiares y amigos.
El doctor Bernie Siegel habla del amor como guía hacia la salud. Bernie es profesor universitario de medicina y se dedicó a la cirugía general y pediátrica. Pero actualmente se dedica a realizar charlas y talleres sobre “cómo aprender a usar la fuerza del amor, estimular el potencial sanador de toda persona ante la enfermedad y poder disfrutar de la vida en cada momento”. En su libro “Amor, medicina milagrosa” cuenta una anécdota del centro de investigación oncológica de su hospital donde se trataba con cobayas: mientras un científico hablaba y acariciaba a un grupo de cobayas durante el proceso de investigación en el que les introducía células cancerígenas, otro científico no lo hacía. Al final, el grupo de animales que habían sido tratados con cariño tardaban más en enfermar.
Para los seres humanos es muy importante el afecto. Por ello, estemos o no enfermos tenemos que mostrar y recibir el afecto de nuestros seres queridos. ¡Cuesta tan poco y es tan reconfortante!

"¿Dónde está el interruptor del descanso? "


Cuando le pides a una madre trabajadora que te cuente su día a día empieza a relatar un día cualquiera de su vida a toda velocidad:
“Suena la alarma. Me levanto de un salto porque ya ando con el tiempo justo. Levanto a los niños, les preparo el desayuno, los visto… Nunca me hacen caso a la primera. Me enfado, y mientras tanto comienzo a asearme yo. Desayuno un café (a toda pastilla) porque el tiempo se me ha echado encima, y no vamos a llegar. Voy corriendo por toda la casa, hago las camas y preparo el bolso del trabajo y la del colegio de los niños. Bajamos corriendo las escaleras porque se nos pasa la villavesa. Llegamos al colegio, y justo, suena el timbre de entrada. El colegio está lleno de filas de niños que entran a sus clases. Y, como siempre, llegamos tarde. Les lanzo un beso a los niños y me voy corriendo al trabajo. Mientras tanto, por el camino, voy construyendo una lista larguísima de cosas que tengo que hacer a lo largo del día…” Es normal que al terminar el día se sienta cansada y con mala gana. Tantas horas de actividad sin parar a lo largo del día agotan a cualquiera. Mucha gente vive constantemente agobiado por las prisas y no disfrutan el día a día. Lo cual se manifiesta en estrés. El estrés laboral está muy presente en la actualidad y afecta a millones de trabajadores. Se conoce como la “enfermedad” del mundo moderno.
La Real Academia Española define el término estrés como una tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves.
Un día leí en un libro (cuyo título no logro recordar) que decía lo siguiente: “cuando los ojos no lloran, otro órgano llora en su lugar”. El ser humano, si no se siente sano por dentro, difícilmente puede expresar alegría y buen humor. Siempre he oído que las personas que viven con buen humor viven más, cosa que no sé si será del todo cierta o no. De lo que estoy completamente segura es que es una de las mejores terapias ante los problemas. Como dice el pensador y político indio Mahatma Gandhi: “Una sonrisa no cuesta nada y produce mucho, enriquece a quienes la reciben, sin empobrecer a quienes la dan. No dura más que un instante, pero su recuerdo a veces es eterno. Nadie es demasiado rico para prescindir de ella, ni nadie es demasiado pobre para no merecerla…”
El estrés es una realidad también en bebés y niños. Los niños de hoy en día tienen una agenda tan apretada que apenas tienen tiempo para disfrutar con los padres y salir un poco a jugar. Están llenos de actividades extraescolares (inglés, música, gimnasia rítmica, fútbol, informática…). Tanto padres como profesores debemos estar pendientes de lo que pasa alrededor de nuestros niños, ya que muchos son los factores que influyen en que un niño tranquilo y pacífico, se convierta en  un niño estresado: divorcio de los padres, agendas llenas de actividades extraescolares, maltrato en el colegio, el nacimiento de un hermano… Ahora bien, ¿de qué sirve tener una agenda tan apretada, si las familias no tienen tiempo de compartir ratos juntos, conversaciones, juegos, tareas…?
¿Te has preguntado alguna vez qué beneficios tiene vivir con prisas y agobios y sentirse mal? Supongo que no. Todos queremos vivir tranquilos, pero esta vida no nos deja parar ni un momento. La tensión diaria nos agobia tanto que a veces somos incapaces de recordar cuáles son las cosas que nos hacen felices. Nos paralizamos ante el agobio y no conseguimos ver el lado positivo de las cosas para seguir adelante. Hay que intentar ver lo positivo de cada acción para vivir mejor. Se trata pues, de ver el vaso medio lleno, y no medio vacío. Una vez, me contaron un cuento: “Había una vez dos ranas que habían caído en un recipiente lleno de leche. Comenzaron a nadar desesperadamente intentando salir del recipiente, pero se hundían y les era imposible mantenerse flotando en la leche. Una de las ranas no paraba de quejarse y gritar. Pensaba que era imposible salir a la superficie y respirar. Entonces gritó: No puedo más. La rana se rindió y se hundió para siempre en la leche. Sin embargo, la otra rana persistente, siguió pataleando y chapoteando hasta el último momento, sin avanzar ni un centímetro. Como efecto del constante batir, la leche se convirtió en nata y adquirió la suficiente consistencia como para que la rana pudiera saltar fuera del recipiente…”
Lo que quiero decir con este cuento, es que hay veces que tiramos la toalla ante el primer problema que se nos presenta. El ser positivo consiste en pensar positivamente y no rendirnos ante las adversidades. Una actitud positiva hace que las actividades que realicemos nos resulten más fáciles, y por tanto, estamos más relajados.





FRENÉTICA JUVENTUD


En líneas generales podríamos afirmar que la vida de los jóvenes están llenas de acontecimientos: familiares, amigos, estudios, fiestas… Queremos vivir al límite nuestra vida y dejamos de lado lo más importante: “Pararse a pensar”. Ni siquiera encontramos tiempo para detener nuestras frenéticas vidas, sentarnos tranquilos y comenzar a pensar, a reflexionar sobre nuestras propias vidas y las de nuestro alrededor. Deberíamos afrontar más los problemas que nosotros mismos aportamos porque nos supone esfuerzo pensar en ello. Creemos que dejando de lado un problema o una preocupación va a desaparecer, pero no es así. El problema persigue y simplemente nos convertimos en seres “ignorantes”.
La juventud es una fase en la que muchos consideran que lo importante es lo inmediato: “vivir el presente sin preocuparse por el futuro”. No se atreven a pensar en nada más, por miedo a decepcionarse luego. Muchas veces, ante un conflicto decidimos “pasar del tema y olvidarlo para no rayarnos”. Pero esto no debería ser así. Pararse a pensar supone esfuerzo por nuestra parte. Por ello, pensamos que la primera salida es evadirse del problema y “no darle más vueltas” al asunto. En realidad, lo que todos deberíamos hacer es detenerse ante el problema y pensar en ello. Buscar soluciones.
Jaime Nubiola afirma en su libro “Invitación a pensar”, que los jóvenes cometemos el error de “vivir de segunda mano”. Y no le falta verdad. Vivimos de la vida que nuestros padres han construido, y nos limitamos a vivir de esas vidas ya programadas. Lo que tenemos que hacer es configurar nuestra propia vida con nuestras experiencias, vivencias, triunfos y fracasos. Aprender de nuestra propia experiencia y convertirnos en los propios protagonistas de nuestra vida. Esto significa pararse a pensar para tener pensamientos propios y estrenar cada día nuestra vida. Como indica Jaime Nubiola: “Quienes se limitan a repetir lo pensado por otros renuncian a vivir de estreno su vida, se acomodan a vivir de segunda mano, esto es, se conforman con llevar una vida ya usada”.
La juventud actual destaca por su alto nivel de idiomas, una mayor soltura social, mayor dominio en el uso de la tecnología, etc. Sin embargo, es frecuente escuchar numerosas quejas sobre la juventud, tales como “son unos vagos”, “les falta responsabilidad”, “no tienen interés por nada”… Parece como si todo el mundo se hubiera puesto de acuerdo en echarle la culpa a los jóvenes. En mi opinión, no es la juventud actual sino la sociedad en conjunto la que está decayendo. El ser humano siempre se ve influenciado por la sociedad. Hacemos lo que los demás hacen. Por ejemplo: en la época de nuestros abuelos, padres…lo “normal” era casarse a una edad temprana. Con la expresión normal me refiero a lo que todo el mundo solía hacer. Hoy día, esto no es así. Simplemente son épocas, escenarios, culturas y formas de vida diferentes. Lo que quiero decir es que los años pasan y la sociedad cambia, ya sea a mejor o a peor, y no se trata de echarle la culpa a los jóvenes sobre su comportamiento, sino a la sociedad cambiante que todos vamos creando. Tanto ahora como antes las personas nos regimos por lo que la sociedad hace. Después, cada uno debería reservar su espacio personal para pensar y actuar según su pensamiento. Eso sí, dentro de una misma sociedad que todos compartimos.
Familia y escuela deben ser conscientes de que se están enfrentando a un reto complejo sobre el que se está jugando la educación de estas futuras generaciones. Por ello, tienen que colaborar juntos y presentarle al niño (desde pequeño) referencias morales que les hagan pensar, y puedan crear así su propio pensamiento.
Y para terminar, me gustaría dar mi opinión respecto a que resulta muy fácil generalizar en cuanto a que los jóvenes no tienen ningún interés en temas centrales, y tan sólo se dedican o se preocupan por divertirse. La sociedad en general tiene como objetivo entretenerse y disfrutar de lo que hacen, ya sea disfrutar en una discoteca o disfrutar leyendo un libro. Creo que hay tiempo para todo, y me refiero a que hay que saber gestionar el tiempo para hacer todo aquello que te gusta: estudiar, leer, salir con los amigos, hacer deporte, estar con la familia… En cuestión, hacer todo aquello que a uno le gusta para poder ser feliz. Eso sí, siempre pensando lo que uno hace y moldeando su propio estilo de vida.

DESNUDO DEL ALMA

   Toda autobiografía debe ser empezada por el principio, así que ahí va: Se supone que en un principio no existía nada. El Sistema Solar en formación no era otra cosa que una “nebulosa” de polvo cósmico y gases, producto de una gran explosión… Un momento, creo que no se refiere exactamente a ese principio. Está bien, empecemos de nuevo.  Nací hacia finales de mayo, poco antes de que terminara la primavera, concretamente el 30 de mayo de 1991.  Mi nacimiento se produjo en las últimas horas del día 30, donde la noche empezaba a caer en un hospital de Tudela (Navarra). A los tres días me trasladaron al pueblo donde habito actualmente: Villafranca de Navarra. Salvo mi nacimiento no parece haber ningún acontecimiento importante ese día. Poco podía oír, y no veía nada, solo oscuridad. Pero aquel día vi la luz por primera vez. Supongo que lloré, como todos los bebés que abandonan la comodidad del seno materno.
Me crié en el seno de una familia humilde, en la que siempre me he apoyado. Tres años más tarde, mis padres me dieron el regalo más grande de mi vida, mi hermana pequeña, Celia. Durante todos estos años hemos creado un vínculo tan grande entre nosotros que nada ni nadie podría separar. Ellos lo son todo para mí. Mi madre es mis ojos, mi segunda personalidad, mi guía en este caminar. Y mi padre, por el simple hecho de ser “mi papá” se otorgó el derecho a vigilar mi camino, mi andar en la vida.
Mi educación empezó con tan sólo 2 años, en la guardería de mi pueblo, donde conocí a mis actuales amigos, los cuales me han ido acompañando a lo largo de la vida, y con los que he compartido todos los buenos y malos momentos que en ella han ido transcurriendo. Mis primeros años de estudio en educación primaria se dieron en el colegio de mi localidad, “El Castellar”, donde tengo grandes recuerdos.
Mi infancia fue como la de un niño de mi edad, donde mi mayor preocupación era que mi amiga no me prestaba su juguete, o que no quería tomarme ese dichoso puré de zanahoria… Lloré el primer día que mi mamá me dejó en la escuela. Era la primera vez que me sentía sola, y recuerdo que cuando todos mis compañeros ya habían entrado a clase me senté en un banco de piedra de unos 20 centímetros, donde todavía me colgaban los pies.
Hacia el año 2003 abandoné el colegio de Villafranca para continuar mi educación en el instituto “I.E.S Marqués de Villena” situado en un pueblo próximo a Villafranca, y donde tengo gran parte de mis raíces, Marcilla (Navarra) ya que en él habita la familia de mi padre.  Poco a poco fui superando así 4 de los años más decisivos de mi vida donde las anécdotas para recordar son miles. Pasó así la E.S.O, y un año después comencé el Bachillerato de ciencias. No fueron años fáciles para mí porque el estudio ya requería un esfuerzo más fuerte por mi parte, pero poco a poco lo superé. Además durante esos dos años nos habían estado nombrando el fuerte compromiso que exigía aprobar la selectividad, y tenerlo presente constantemente, no ayudó mucho, la verdad. Aprobé la selectividad y me matriculé en la Universidad de Navarra, sin tenerlo todavía muy claro.
 En 2009 empecé la universidad y comenzó una nueva vida. Año tras año, pieza tras pieza, voy construyendo el maravilloso puzzle como profesora.
Actualmente me encuentro cursando tercero de Educación Primaria y Pedagogía en la Universidad de Navarra, de lo que no me arrepiento de nada porque ha sido la mejor decisión que he tomado en la vida. Y por fin, ahora que estoy estudiando lo que a mí me gusta puedo afirmar que aprendo por el placer de saber. Como Albert Einstein dijo:”Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber”.
Durante estos dos años de estudio en la universidad me he dedicado exclusivamente al estudio, además de trabajar en la “Escuela de Verano” de mi pueblo, lo cual me está ayudando muchísimo en mi carrera como educadora. Por ello, me lo tomo como un hobbie por el cual obtengo alguna recompensa económica, además de enriquecer mi trayecto académico.
Hoy en día, me considero una persona muy feliz y orgullosa de ser quien soy. Aunque hay cosas de mí que me gustaría cambiar, también hay otras que no cambiaría por nada del mundo. Desde que tengo uso de razón, recuerdo que siempre me ha gustado la perfección en lo que hago, y siempre trato de hacer las cosas de nuevo o buscar otras salidas si algo está mal.
Está claro que todavía no he muerto. Y aún me atrevería a decir que todavía no he vivido. Se podría decir que con 20 años no he vivido memorables experiencias en el ámbito profesional, pero me queda mucho mundo por vivir, muchas cosas por descubrir, mucho camino por recorrer…